El primer caso fue en Bagdad. Lo recuerdo porque aquel día me pasé la mañana viendo la tele local: iban a dar una noticia sobre mi último poemario. Interrumpieron dos veces la programación.
El terrorista se había quedado dormido la mañana del atentado. En las imágenes se veía a un grupo especial de operaciones entrando en la casa y sacando a aquel hombre en brazos.
Amy vivía en Barstow desde los cuatro meses. A los nueve años y tres días se ahogó en una piscina hinchable con 20 centímetros de agua. Padre tuvo que venir de Irak por segunda vez en cuatro días.
Luego cerraron el país y la gente comenzó a matarse.
A España llegó esta mañana. Me hubiera gustado aprender a tocar la guitarra. Alguien grita. La vecina del cuarto no consigue despertar a su marido. Ojalá mueran todos menos yo.
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