lunes, 6 de abril de 2009

No había ni un solo reloj en toda la casa. Había tres cabezas humanas encima de la mesa y moscas atadas con hilos por todas partes. Al parecer las había atravesado con una aguja y luego había atado el hilo a unas alcayatas clavadas en la pared. Su zumbido podía escucharse desde cualquier punto de la casa. El ambiente era espeso y de un color entre sepia y amarillo; me recordaba a aquellas fotografías antiguas donde se retrataba a los bebés muertos. No era fácil respirar allí.
Pero lo más desagradable lo encontré en el salón: había un perro y un gato; ni una sola pata. Me quedé mirando los muñones perfectamente cerrados. Parecía como si una extremidad estuviera empujando desde dentro y fuera a brotar en cualquier instante.

–Así no se pelean– Dijo. Me di cuenta de que al hablar no me miraba a los ojos. Me miraba fijamente a la boca.
–Podría haber regalado uno– Dije. O matarlos joder,¡O matarlos!, pensé.
–Eso me habría apenado mucho–Respondió.
Cuando me acerqué vi que tenían las cuencas vacías y las orejas cortadas; no parecían cortes limpios.
Sin mediar palabra se levantó de la mecedora con pesadez , se acercó a la mesa y partió un saltamontes con cuchillo y tenedor . El crujido me provocó nauseas. Les tiró a cada uno su mitad y en cuanto les llegó el olor ambos empezaron a balancearse sobre sus lomos. –Me gustan las plantas– Susurró mientras los regaba. Fue lo último que dijo.

Cuatro días después me decidí a volver para matar a aquellos animales. Pero no. Ahora estoy colgado boca abajo; deseo morir con todas mis fuerzas antes de que vuelva. Contengo la respiración hasta asfixiarme, pero sólo me desmayo.

2 comentarios:

  1. Esta entrada bien merecía un comentario. Si es que a veces naufragar es lo más importante y doblar la esquina y encontrarnos en la Isla de Pascua así lo atestigua.

    Grato encuentro, Fran.

    Un saludo.

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  2. Qué razón. Tan sólo los naufragios te llevan a sitios a los que jamás irias por tu propio pie. Y los sitios más interesantes suelen ser aquellos a los que no irias si tuvieras la opción de negarte.

    Hablando el otro día salió el tema de tu blog, y la verdad, me ha gustado mucho. Se suele notar cuando las cosas se hacen con cariño.

    Un abrazo, compañero.

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